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La psicología es una guía para resolver los desajustes en la persona que sufre. El conjunto de síntomas ayuda al profesional a identificar el tipo de problema que padece.

 

La estructura de la terapia psicológica.

La terapia o tratamiento psicológico que realizo se prescribe de forma individualizada. Porque cada persona es única. También es único el periodo de tiempo que necesita para completar este aprendizaje, ya que depende de la respuesta, del trabajo personal que realice y de la situación particular a la que se hace frente. De ahí la dificultad de predecir la duración de una terapia.

La corriente terapéutica con la que trabajo es cognitivo-conductual e Inteligencia emocional y la terapia tiene básicamente cuatro etapas:

1. Evaluación previa

La primera fase abarca las tres o cuatro primeras sesiones. En ellas se fija el objetivo de la terapia y se recoge información para comprender el problema a tratar.

El objetivo debe ser siempre realista y adecuado a la situación que vive el paciente.

No es posible abordar un objetivo como: «volver con mi pareja” puesto que no están en nuestra mano los deseos de una tercera persona, y sí: «sentirme bien en momentos de soledad».

La evaluación se completa con la interpretación de los cuestionarios oportunos  al problema, que nos dan una visión más objetiva de lo planteado en la entrevista clínica.

2. Diagnóstico o fase de hipótesis

Se determina y define la situación problema, además de explicar los posibles factores que han influido en su aparición y los factores que hacen que continúe.

Es una fase importante. En ella se definen los retos que ayudarán a conseguir el objetivo prefijado de la terapia y se explica el tratamiento.

3. Tratamiento o fase de terapia

Durante estas sesiones el paciente aprende, con el apoyo del terapeuta,  formas alternativas de actuar o pensar. Estas nuevas estrategias deben automatizarse sustituyendo a las que ya no son funcionales.

En toda terapia es muy importante la implicación del paciente.

Los ejercicios, observaciones y reflexiones que se prescriben en esta fase,  sirven para reforzar el aprendizaje y reducir la duración de la terapia.

Al principio las sesiones son semanales, de una duración aproximada de 50 minutos. A medida que se avanza la recuperación, las visitas pasan quincenales y mensuales.

Es difícil predecir la duración de esta fase ya que depende del problema, el ritmo de cambio de conducta, disponibilidad del cliente y de la motivación, entre otros factores.

4. Fase de seguimiento

Durante el seguimiento eres tú quien controla tu vida. Ya has aprendido las estrategias necesarias para ello. El objetivo de estas sesiones es resolver dudas prácticas y comprobar la consolidación del aprendizaje en el día a día. Cuando llegues aquí habrás logrado tú objetivo.

Con esta fase finaliza la terapia.

Para saber más, puedes visitar la sección Preguntas Frecuentes, o contactar conmigo a través de las distintas vías que aparecen en la web (formulario de contacto, teléfono o WhatsApp 691 190 024, email: info@silviarodriguez.es).